Para todos los padres que acunaron una nueva vida:
“Le dejaron nacer y lloró. Le llenaron de cariño y sonrió. Balbuceó, habló; miró, contempló; sintió, se emocionó …
Le educaron en libertad y aprendió a ser por sí mismo – dejándose ayudar -, creció. Y amó.
Sabe que es diferente a la mayoría pero se siente privilegiado. Ha nacido en una familia que le quiere – ¡ y mucho! – por quien es, sin importar cómo es. Y se ha acostumbrado a esa diferencia tan suya y tan familiar que en su casa y entre cuantos le quieren no nota. Es feliz. Ha comprendido que todos somos diferentes pero cada uno es insustituible e indispensable. Está orgulloso: su vida es importante. Está tan agradecido que siempre sonríe (por fuera o por dentro). Y gana muchas sonrisas de la gente que sabe querer. Y ha descubierto que cuando las personas sonríen sus ojos llenan de luz y brillan.”
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